La historia de cómo decidimos ampliar nuestra

familia homoparental

Te contamos nuestra experiencia personal y los momentos que hemos vivido

A lo largo de nuestra vida hemos experimentado de primera mano los desafíos de querer ser una familia homoparental. Aunque al principio nos preocupaba cómo seríamos recibidos por la sociedad, rápidamente nos dimos cuenta de que el amor que nos teníamos el uno al otro y a nuestras hijas era lo único que realmente importaba.

Nosotros como familia

Familia de dos padres

Como cualquier otro tipo de familia, trabajamos juntos para educar a nuestras hijas y nos apoyamos mutuamente en todo lo que hacemos. Sabemos que, como familia de dos padres del mismo sexo, nos enfrentaremos a dificultades distintas a la de otras familias, pero estamos dispuestos a hacerlo juntos. Y también somos conscientes de que nos vamos a equivocar, pero esperamos que esos errores nos sirvan para seguir aprendiendo y no supongan una dificultad más para conseguir nuestra felicidad.

Enseñaremos a nuestras hijas que la diversidad es algo hermoso y que todas las familias son diferentes y especiales a su manera. Creemos que ser distinto no debe ser una debilidad y estamos felices de formar parte de una sociedad cada vez más grande y diversa de familias que se apoyan mutuamente.

Nuestra familia de dos padres

Somos José y Rubén, una pareja normal, con una vida muy corriente y que un día decidimos cumplir juntos nuestra ilusión de ser padres. Queremos que nuestra historia pueda servir de ayuda para muchas otras parejas en la misma situación. Además, pensamos que de esta forma nuestras hijas, podrán conocer cómo ha sido todo desde el principio. Así que decidimos crear esta web.

Antes de nada, queremos decir que esta es nuestra experiencia y no quiere decir que otras no sean igualmente válidas. Cada pareja o cada persona para crear su familia sigue su propio camino que es suyo, particular y tan bueno como el resto.

Nosotros como padres

Hijos de familias homoparentales

Como familia homoparental sabemos que nuestras hijas pueden enfrentarse a comentarios y actitudes negativas de personas que no entienden nuestra situación familiar. Por eso, les enseñaremos a estar orgullosas de su familia y su identidad. Nos aseguraremos de que sepan que son amadas y apreciadas, y que siempre pueden contar con nuestro apoyo.

Pensamos que crecer en un ambiente de respeto y tolerancia hará que nuestras hijas sean personas que comprendan y acepten mejor las situaciones de la vida y de la gente.

Momentos de nuestra familia de dos padres

Queremos contarte toda nuestra historia, desde cómo comenzó nuestro proyecto de familia hasta los momentos y anécdotas que nos han ido pasando a lo largo de todo este tiempo.

¿Nos acompañas?

Los inicios de nuestra historia

Todo empezó un día, sentados en una terraza tomando una cerveza junto con unos familiares, cuando salió el tema de la gestación subrogada en la conversación. Ahí fue cuando descubrimos que ambos antes de conocernos ya teníamos el deseo de ser padres y habíamos buscado información sobre ello tiempo atrás. Entonces pensamos ¿por qué no cumplirlo juntos?

 

Pasó un tiempo desde ese día hasta el momento en que empezamos a ponernos manos a la obra. Todos hemos escuchado casos de gente famosa que viaja a EE.UU. y si buscamos un poco por internet podemos ver que no está al alcance de cualquier bolsillo. Pero si algo tenemos en común es la tenacidad por conseguir lo que nos proponemos (algunos lo llaman cabezonería, pero nosotros no lo vemos así jajaja). Desde el principio teníamos muy claro que nuestro deseo de paternidad nunca iba a estar por encima del respeto a la mujer que nos ayudase en este proceso. Queremos ser padres, pero no a cualquier precio. Queremos que cuando tengamos que explicar a nuestros hijos de dónde vienen podamos decirles que ha sido gracias a la ayuda de una mujer muy generosa a la que le estaremos eternamente agradecidos, que ha recibido todos los cuidados necesarios y es partícipe también de la familia que vamos a formar.

 

Entonces comenzamos la búsqueda de agencias y empezaron los primeros contactos. Hemos de decir que hay muchas agencias y que, en general, nos han tratado con amabilidad. Como en España no está permitida la gestación subrogada teníamos asumido que deberíamos viajar fuera. Nos sorprendieron algunos países en los que se puede hacer. Lamentablemente, no todos ellos aceptan a parejas homoparentales para sus programas, por lo que nos ofrecían alternativas como por ejemplo hacerlo como padres solteros por separado para posteriormente solicitar la adopción del bebé. Todos estos trámites burocráticos la verdad es que nos desanimaban mucho. Las opciones que barajábamos eran EE.UU. (descartada por su alto coste económico), países de Europa (más asequibles, pero con bastantes trámites administrativos entre países) y Canadá (no tan costoso como EE.UU. y con una forma de llevarlo a cabo que nos convencía más que el resto de países).

 

En esta etapa hemos de confesar que estábamos ilusionados y frustrados a partes iguales porque además de los inconvenientes que hemos contado, teníamos otra dificultad: ¿podremos asumir el coste de todo?. Esto nos hizo tirar la toalla varias veces, pero como os hemos dicho antes, después de cada revés que nos encontrábamos, volvíamos buscando alternativas para conseguir nuestro objetivo.

 

Y también tenemos que reconocer que teníamos algo de miedo. Miedo por la responsabilidad de ser padres como tiene cualquier pareja y por el temor al rechazo por parte de algunos sectores de la sociedad que no son capaces de entender que la diversidad no es mala y que hay muchos tipos de familia. Nosotros que en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido señalados, no queríamos que nuestros hijos pasaran por las mismas situaciones. Pero también pensamos que teníamos que dar un paso al frente para conseguir avanzar en este tipo de cosas y que no debemos renunciar a nuestros sueños.

Primeras consultas con la clínica

Después de meses en contacto con varias agencias, de muchas llamadas telefónicas y correos electrónicos, descubrimos un país en el que nunca hubiéramos imaginado que lo podríamos hacer: Argentina.

 

Nos sorprendió porque pensábamos que al otro lado del charco sólo era posible en EE.UU. y Canadá y porque nosotros, que somos una pareja formada por un español y un argentino, ni nos imaginábamos que esto podría ser posible allá. Afortunadamente Argentina es un país que ha evolucionado mucho en la diversidad familiar y es uno de los países de América del Sur en el que está permitido, y bastante aceptado, el matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos en materia de igualdad e identidad de géneros. Así que pensamos… esto es una señal que nos ha llevado de vuelta a Argentina y si necesitamos algo allí tenemos familia que nos puede echar una mano.

 

Fue de esta manera como encontramos la Clínica Halitus. Comenzamos a buscar todo tipo de información sobre ella. Teníamos bastante incertidumbre ya que es un país que está a varios miles de kilómetros de España y completamente desconocido para nosotros en este aspecto. Vimos muchos vídeos en los que cuentan cómo llevan a cabo el proceso, reportajes en televisión, redes sociales, etc y después de inundar nuestras cabezas con toda esta información llegamos a una conclusión: queremos cumplir nuestro sueño con ellos.

 

Ya sólo nos quedaba una cosa: ponernos en contacto. Así que pedimos cita. La diferencia horaria y los horarios de nuestros trabajos hacían más complicado concretar la fecha y hora para la consulta, pero una vez más como si fuese otra señal, el destino quiso que nos dieran cita un día festivo en nuestra ciudad. Podemos decir que el 5 de abril de 2021 fue el comienzo de “nuestro camino hacia la paternidad”.

 

La consulta con la Dra. Florencia Inciarte fue genial. Nos explicó todos los temas médicos y ahí es cuando empezamos ya a aprender términos que iremos explicando más adelante. Nos dejó claro que la gestante no va a tener ningún vínculo genético con el bebé; simplemente nos va a ayudar con su vientre a dar a luz a nuestros hijos que van a nacer de unos embriones creados a partir de unos  óvulos procedentes de una donante y nuestro esperma. No todas las mujeres pueden ser gestantes, deben pasar unas pruebas médicas y psicológicas estrictas, llevar una vida saludable y tener lo que se denomina “maternidad satisfecha”, es decir, que ya hayan cumplido su deseo de ser madres. La gestante recibe atención médica y psicológica durante todo el proceso de gestación.

 

¿Y ahora qué? Pues teníamos que pasar también por la consulta de la psicóloga. ¡Qué nervios! ¿Y si nos dice que no seremos buenos padres o que no nos ve preparados? Estas son algunas de las preguntas que nos hacíamos. Pues nada más lejos de la realidad. Nos atendió con toda amabilidad, nos preguntó por nuestra historia y por qué queríamos ser padres. Nos aconsejó, nos animó y nos hizo entender que la gestante que nos ayude no va a ser la mamá; que nuestros hijos iban a tener dos papás que tuvieron que pedir ayuda a una mujer para poder cumplir nuestro sueño. Aunque la mujer gestante no sea la madre, esto no significa que no vaya a ser parte de nuestra familia. Lo cierto es que esta frase a nosotros nos emocionó y ha sido muy importante en el proceso de gestación subrogada que vivimos. Al finalizar preguntamos a Patricia ¿entonces hemos pasado la prueba? y nos dijo: ¡Por supuesto que sí, chicos! Parecerá una tontería, pero a nosotros nos animó más aún a seguir adelante.

 

Llegó el momento de hablar con la abogada. Nos habló de todos los temas legales del proceso y cómo se empezó a hacer esto en Argentina. Hace unos años cuando ella comenzó a llevar estos temas era más complicado, pero hoy en día, gracias a las sentencias que ya han conseguido, tanto nosotros como padres de intención como la gestante, tendremos seguridad y protección legal y podremos volver a España con nuestros hijos inscritos legalmente en Argentina como hijos de dos padres. Ella nos asesoró en todo el procedimiento legal en el país de nacimiento y en ese momento nosotros pensábamos que sería suficiente para poder legalizarlo en España. 

Cuando se lo contamos a nuestros familiares y amigos

Tenemos que decir que hasta este momento estábamos haciendo todo esto en “secreto”. Tan solo lo sabían unas amigas y algunos familiares de Argentina que nos tuvieron que echar una mano para algún trámite con la clínica. Preferimos no decir nada a nuestros familiares hasta estar seguros de que era posible. Así que, una vez superadas las consultas con la clínica decidimos que ya era el momento de comunicarlo. Mentiríamos si dijéramos que no estábamos nerviosos por contarlo, aún sabiendo que sus reacciones iban a ser de alegría.

 

Organizamos comidas con cada familia y al terminar fue cuando soltamos la frase: «tenemos que contaros algo». Todos pensaban que íbamos a anunciar nuestra boda y ni se imaginaban lo que iban a escuchar. Tendríamos que haber hecho fotos a las caras de asombro nuestros familiares jeje. Después del shock ya empezaron con las preguntas, ¿pero en Argentina se puede hacer?, ¿cómo es el proceso?, ¿cuándo viajáis?, ¿cuándo nacerán?… y también las emociones por ser abuelos, tíos y primos. Los miembros argentinos de la familia se sintieron especialmente ilusionados por hacerlo allá. Fueron unas sobremesas con largas conversaciones y fue ahí cuando nos dimos cuenta de que nos estábamos convirtiendo en unos expertos en términos técnicos de gestación subrogada jeje.

 

Con los amigos fuimos quedando poco a poco. Se sorprendieron y se alegraron, y también nos llenaron de preguntas; y entre tanta pregunta había alguna que no sabíamos contestar y que teníamos que averiguar. Todos nos han dado su apoyo y nos ofrecieron cualquier tipo de ayuda. La verdad es que es una suerte contar con el respaldo de nuestro entorno. Se hace el camino un poco más fácil.

Las pruebas médicas necesarias

Después de varias llamadas a la clínica conseguimos hacernos un planning con los pasos a seguir y los costes económicos que tendríamos que asumir. Nosotros decidimos hacerlo sin contratar a ninguna agencia intermediaria, lo que significa que tuvimos que hacer todo sin nadie que coordine el proceso, preguntando a la clínica, a bancos, a laboratorios, al Consulado, al registro civil … (sí contábamos con asesoramiento médico y legal por parte de la clínica y la abogada) y os aseguramos que las cosas cambian mucho de un país a otro. Al no tener asesores, lógicamente tenemos un ahorro económico, pero podemos asegurar que en más de una ocasión nos hemos sentido perdidos y agobiados por no tener a alguien que nos resuelva las dudas o trámites que hemos tenido que hacer. Pero dijimos, ya estamos metidos así que tenemos que salir; y después de un día frustrante venía otro en el que encontrábamos la solución.

 

Una de las cosas que más nos ha costado han sido las pruebas médicas. Como no podíamos viajar a Argentina para hacer las analíticas porque son varias y estamos a una distancia de 12 horas de vuelo, propusimos a la clínica hacérnoslas en España y enviar los resultados. Parece fácil ¿verdad?; pues no lo es. Tuvimos que preguntar en varios laboratorios porque algunas de las cosas que nos pedían desde Argentina en España no sabían exactamente lo que significaban o no las hacían en el mismo centro. Pero si hablamos el mismo idioma ¡cómo puede ser tan complicado! Tuvimos que hacernos análisis muy completos de ADN, de esperma y serológicos. Nosotros que nunca habíamos escuchado lo que es el cariotipo, seminograma o la fragmentación de ADN, nos hemos tenido que hacer también expertos en análisis relacionados con la fertilidad para completar todos los estudios. Os contamos que, por ejemplo, en una ocasión tuvimos que irnos a Madrid por la noche después de trabajar y dormir en un hotel para poder estar en el laboratorio a primera hora de la mañana, hacernos la analítica y después volver al trabajo.

 

Finalmente conseguimos realizar los estudios serológicos y cariotipo en Toledo y el resto en el laboratorio de Madrid. También tenemos que decir que todos los laboratorios donde hemos ido nos han ayudado y cuando les contábamos para qué necesitábamos las pruebas se han alegrado y nos han deseado que nos vaya muy bien.

Por qué ser padres

Hace unos años las personas homosexuales aceptaban que no podrían ser padres si no era mediante la adopción. Adoptar es un acto de amor tremendamente solidario pero también algo para lo que debes estar especialmente preparado porque vas a vivir situaciones que debes saber enfrentar y para las que no todo el mundo está listo. Nosotros no hubiéramos descartado esta opción si no fuera por los años de espera que esto conlleva. Hoy en día hay todo tipo de personas y parejas que tienen que recurrir a técnicas de fertilidad como la que estamos llevando a cabo nosotros para poder cumplir su deseo de maternidad o paternidad; entonces ¿por qué no lo podemos hacer también nosotros?

 

En nuestro caso, tenemos la misma ilusión por ser padres que cualquier otra persona o pareja, pero también es cierto que sentimos que, aún teniendo los mismos derechos, todavía hoy en día debemos demostrar que lo que hacemos lo hacemos bien para no ser cuestionados. 

 

Y ahora sí, vamos a contestar a la pregunta. Pues la verdad es que no sabríamos explicar el porqué. No sabemos si otras personas o parejas tienen motivos específicos, pero nosotros simplemente nos sentíamos preparados para afrontar la paternidad y queríamos ampliar la familia para ver cómo crecen nuestros hijos, cómo empiezan a gatear y luego a caminar, cómo comienzan a hablar, a pintar, a leer, a escribir, su primer día en el parque o en el colegio y también sufrir por no dormir por las noches, por los llantos cuando estén enfermos, por agotamiento cuando nos digan: “Venga otra vez papá”,… En fin, queríamos vivir todo eso y demostrar que podemos sentirnos orgullosos de ellos.

Y poniendo en una balanza los pros y los contras decidimos que, aunque tuviéramos que hacer un gran esfuerzo, los pros ganaban por goleada a los contras.

Viaje a Argentina

Después de tener todas las pruebas médicas hechas y con el visto bueno de la Clínica sólo nos quedaba viajar a Argentina para dejar la muestra de esperma. Nos planteamos la posibilidad de enviarlo criopreservado desde España, pero el envío no era nada barato y además nos apetecía viajar para conocer al personal de la clínica con los que hemos hablado por teléfono tantas veces y también a la gestante que nos iba a ayudar en este proceso.

 

Hay que tener en cuenta que hacer un viaje de este tipo en plena pandemia tiene bastantes inconvenientes. Las fronteras de Argentina estaban cerradas para extranjeros, pero justo la semana en la que teníamos programado viajar se abrieron. Cumplíamos todos los requisitos para ingresar en el país, preparamos toda la documentación que nos exigían, teníamos ya cita con la clínica, la reserva del apartamento y todo lo demás listo. Entonces, una tarde cuando íbamos a ver qué meter en la maleta tres días antes del viaje, recibimos un correo electrónico en el que nos informaban de que nuestro vuelo había sido cancelado. ¡No puede ser! ¡Debe ser un error! Al día siguiente, después de llamadas y llamadas, conseguimos averiguar el motivo: el gobierno argentino nos había dejado fuera del cupo de personas que ingresaban en el país. Os podéis imaginar el mazazo que nos supuso esto; nos quedábamos en tierra tres días antes del vuelo y con todo preparado. Intentamos que nos dejaran viajar hasta el último minuto llamando al consulado y a la compañía aérea pero no fue posible. Así que no nos quedaba otra opción que asumirlo y reorganizar todo de nuevo.

 

La compañía nos cambió la fecha del vuelo y volvimos a reservar otro apartamento y los turnos con la clínica. Por fin, en este segundo intento pudimos viajar. Después doce horas de vuelo, de presentar la documentación que nos exigían, de varias pcr y de pasar los siete días de cuarentena obligatoria que nos exigía Argentina, pudimos salir a conocer la ciudad de Buenos Aires. Hemos de decir que nos gustó y que nos pusimos ciegos a comer empanadas, dulce de leche, pizzas, panchos, choripanes, … y conocimos la Casa Rosada, el Senado, el Obelisco, el barrio de San Telmo, La Boca, Palermo …  Otro día Silvana y Adrián (familiares nuestros) nos invitaron a comer un asado con el resto de la familia con los que pudimos charlar y conocer después de mucho tiempo.

Visita a la clínica de reproducción asistida

El motivo del viaje a Argentina no era el turismo, así que tuvimos que dedicar gran parte de la estancia a gestiones que debíamos hacer de manera presencial. Tenemos que decir que antes de la cita que teníamos en Halitus no pudimos resistirnos a pasar por la clínica a conocerla. Para nosotros era como dar un paso importante en todo este proceso.

 

Primero conocimos a Oriana, la enfermera que coordina todo el tema médico. El trato que recibimos con ella por teléfono fue sensacional, pero en persona comprobamos que es aún más amable y comprensiva. No nos ha hecho sentir como unos simples pacientes y nos ha tendido siempre una mano cuando nos encontrábamos perdidos en todo el proceso.

 

El mismo día que entregamos la muestra de esperma acudimos a la consulta de la Dra. Florencia Inciarte. Nos atendió con mucha amabilidad y tenemos que agradecerla también un pequeño o gran favor que nos hizo el día de la consulta. Nos explicó cómo iba a seguir el proceso y nos asesoró en todas las dudas que le planteamos.

 

Tras esa consulta estuvimos hablando de nuevo con su equipo para entregar documentación. Nosotros teníamos claro que queríamos tener dos hijos/as (uno biológicamente de cada uno) y planteamos en la consulta a la Dra. Inciarte la posibilidad de que no nos dijeran de quien era genéticamente cada embrión. Para nosotros no es importante conocer ese dato porque los íbamos a querer a ambos por igual. Oriana nos confirmó que no había ningún problema por hacerlo así. Este tipo de detalles por parte de Halitus es algo que agradecemos.

 

El trato con el personal de la clínica es muy humano, no tenemos ninguna queja en este sentido. Todos nos han atendido muy bien y nos han ayudado en todo lo que estaba en su mano. Pero también es cierto que hubiéramos agradecido tener una planificación o itinerario más detallados para saber todos los pasos a seguir y las opciones a tener en cuenta. Ya hemos hablado de lo complicado que es hacer esto entre distintos países. Nos consta que desde la clínica están viendo cómo mejorar este tipo de cosas. Quitando estos pequeños inconvenientes, el balance del paso por Halitus ha sido positivo y conocer  al personal médico y administrativo nos hizo mucha ilusión.

Cuando conocimos a Rocío: la mujer que gestaría nuestra familia

El otro gran motivo por el que viajamos a Argentina era conocer a la mujer tan especial que nos iba a ayudar en esto: Rocío.

 

Y ese momento por fin llegó. ¡Qué nervios! Aunque ya habíamos hablado con ella varias veces por videollamada, este paso era otro gran avance en nuestro proceso. Quedamos en Buenos Aires y fuimos a dar un paseo por un parque en Palermo junto con su hija. Todos esos nervios iban desapareciendo según pasaba el tiempo. La verdad es que pasamos una tarde muy entretenida y pudimos conocernos mejor. Nos tranquilizó mucho lo claro y meditado que tenía el hecho de querer ser gestante y también nos sentimos afortunados de que estuviera interesada en nosotros. Tanto para Rocío como para nosotros era imprescindible, que existiera un buen feeling entre todos y ciertamente fue así. No fue nada difícil conseguir ese grado de confianza y respeto mutuo tan necesario para poder llevar a cabo este proceso que requiere tanta implicación personal.

 

Teníamos una vez más una mezcla de sentimientos. Por un lado alegría, lógicamente por seguir adelante en este proyecto personal, y por otro una combinación de asombro, incredulidad y un poco de vértigo por haber dado otro gran paso en nuestro camino. Y después de todo esto, hicimos nuestro grupo de whatsapp para estar en contacto e ir avanzando juntos en este proyecto. Para nosotros esa persona que conocimos comenzó a ser Rocío, con la que compartimos alegrías, incertidumbres, impaciencias, dudas y la persona que estaba allí para solucionarnos muchos de los problemas que fueron apareciendo.

 

Ahora era el turno de Rocío para comenzar a pasar todas las pruebas médicas y psicológicas. En total fueron unos seis meses de estudios como ecografías, analíticas, histerosonografía, electros, … para cerciorar que su estado físico y psicológico eran correctos para continuar este camino.

 

En ese momento no éramos conscientes de hasta qué punto íbamos a crear un vínculo tan especial con Rocío en todo este proceso.

Búsqueda de donante de óvulos y formación de embriones

Y ya sólo nos quedaba esperar a que en la clínica encontraran una donante de óvulos compatible lo antes posible. La espera se nos hizo larga para qué mentir, pero no podíamos hacer nada más.

 

Un sábado 23 de abril de 2022, mientras estábamos comiendo en casa recibimos un correo electrónico. ¡Noticias de Argentina! ¡Vamos a verlo!. No había escrito Tamara informándonos de que al fin encontraron una donante de óvulos y nos detallaba cómo iba a seguir el proceso. Ya teníamos fechas aproximadas para el momento de la aspiración de óvulos y la creación de nuestros embriones. Aunque desde la clínica nos dijeron que informarían a Rocío, no nos pudimos resistir a escribirla para contarle la noticia.

 

Y tras seguir las instrucciones médicas que recomendaron, llegó el día. Esperábamos con entusiasmo la comunicación de los resultados, y esa información llegó sin muy buenas noticias. La calidad de los óvulos no era muy buena, por lo que nos recomendaron no seguir adelante y buscar otra donante compatible. Otro mazazo más que nos llevamos.

 

Ese no fue un día nada bueno ni para nosotros ni para Rocío. Los tres nos llevamos un disgusto bastante grande porque, aunque esto es algo que podía pasar, ninguno esperábamos que ocurriera. La doctora nos dijo que no nos desilusionásemos y que tuviéramos paciencia porque se iban a poner en marcha rápidamente para encontrar a la donante lo antes posible. Nuestros familiares igualmente nos animaban a tener paciencia. Hablamos también con Rocío y finalmente, como en otras ocasiones, después de la desilusión volvimos a levantarnos para seguir adelante.

 

Dos meses más tarde volvemos a recibir noticias de Argentina. Tenían otra donante de óvulos compatible y nos dieron fechas aproximadas para la absorción de óvulos y creación de embriones. Esta vez nos lo tomamos con más tranquilidad después del disgusto que nos llevamos la anterior vez. Finalmente, todo salió bien y se pudieron crear 3 embriones.

Transferencia de embriones

Rocío debía hacerse una última ecografía antes de la transferencia para ver si estaba todo ok para intentarlo. De nuevo no llegaron buenas noticias. Los resultados de la ecografía indicaban que no era el mejor momento para intentarlo y debíamos esperar al siguiente ciclo para ver si la situación era más óptima. Otra piedrecita más en el camino que hacía que se retrasase un poco más nuestro sueño, pero que no nos hizo parar.

 

Al mes siguiente el resultado de la ecografía fue mucho mejor. Por fín se podía hacer el primer intento para transferir el embrión y conseguir el embarazo. El día 26 de agosto se realizó la transferencia, todo fue genial. Pudimos ver una foto de la ecografía donde aparecía una cosa blanca que según la doctora era nuestro futuro hijo, pero la verdad es que nosotros sólo veíamos una mancha blanca jeje.

 

Pasados diez días tocaba hacer una analítica para saber si estaba o no embarazada. Tenemos que decir que no pudimos esperar a ese día y Rocío se hizo la prueba que compró en una farmacia. El resultado de este test fue negativo, cosa que nos desilusionó a los tres; pero teníamos cierta esperanza de que fuese erróneo al haberlo hecho demasiado pronto. Y llegó el día. Rocío nos comunicó el resultado de la analítica. Se confirmaba que era negativo.

 

Este momento nos pilló a cada uno en su trabajo y tenemos que decir que se nos hizo muy complicado seguir trabajando como si no hubiéramos recibido la noticia. Tuvimos que buscar algún momento a solas para poder coger fuerzas hasta que llegásemos a casa y poder desahogarnos tranquilamente. De nuevo otra desilusión que tuvimos que pasar en este largo, duro y bonito proceso.

 

Esa misma tarde la doctora se comunicó con nosotros para darnos ánimo. Nos informó que todo estaba bien y que estas cosas pasan a veces y que no son graves. Nos dijo que si estábamos de acuerdo los tres harían otra transferencia el mes siguiente, a lo que contestamos que sí sin dudarlo.

 

Llegó el día de la segunda transferencia en el mes de octubre. Rocío estaba en prefectas condiciones y recibimos la videollamada de la doctora como la vez anterior antes de la transferencia. Nos dijo que había dos embriones en la misma pastilla y que podía implantar los dos a la vez para aumentar las posibilidades de embarazo. Tanto Rocío como nosotros estuvimos de acuerdo y así se hizo. Esta vez no quisimos hacer test de embarazo para no ilusionarnos o decepcionarnos antes de tiempo. A los 10 días Rocío recibió en resultado de la analítica: esta vez sí estábamos embarazados!!! La alegría fue tan grande que no pudimos ocultárselo a nuestros familiares y amigos. Recordamos con alegría la videollamada que hicimos con Rocío mientras estábamos en una terraza con nuestros amigos Fran y Carmen celebrándolo. Pasaron unos días y Rocío tuvo unas pequeñas pérdidas que podrían estar dentro de lo normal, pero que en el fondo no dejaban de preocuparnos. En la siguiente analítica se confirmó lo que ninguno de los tres queríamos oír: el embarazo no seguía adelante. Otro duro golpe recibido y además esta vez venía con más malas noticias porque ya no disponíamos de más embriones, por lo que debíamos empezar “de cero”; es decir, buscar donante y formar nuevos embriones. La doctora nos aconsejó cambiar de donante de óvulos para probar a ver si teníamos más suerte en los próximos intentos. Siempre hemos confiado en su criterio así que así lo hicimos.

Un paso atrás para poder seguir adelante

Tras estas dos grandes desilusiones decidimos no seguir informando a nuestros seres queridos hasta el día en que se confirmase el positivo porque para nosotros era muy doloroso responder cuando preguntaban sobre ello. En el mes de diciembre hubo otra donante compatible pero la aspiración de óvulos no fue la esperada. Al mes siguiente recibimos la llamada de la clínica informándonos de que tienen una nueva donante y que se ponía en marcha de nuevo todo el proceso. La noticia la recibimos con tranquilidad; no queríamos llevarnos otro golpe.

 

Estábamos ya en el mes de enero de 2023 cuando se hizo la aspiración de óvulos y la llamada que recibimos de la doctora era para darnos una mala noticia y otra más esperanzadora. La aspiración no había salido bien y no se habían obtenido óvulos válidos, esa era la mala noticia. Pero también nos dijo que en pocos días donaba otra chica compatible también con nosotros y que se podría coordinar para hacer la transferencia en este ciclo de Rocío. De nuevo tocaba cruzar los dedos para que todo fuese bien y se pudiera llevar a cabo. Esta vez sí fue todo perfecto!!!. En una de las tantas videollamadas que hacíamos los tres, Rocío nos dijo que por qué no se implantaban esta vez dos embriones como la última vez y así aumentábamos las posibilidades. Se lo planteamos a la doctora y nos dijo que entendía que en esta situación era viable siempre y cuando Rocío estuviera de acuerdo. Propusimos a la doctora que implantaran un embrión de cada uno de nosotros; evaluó la propuesta y aceptó hacerlo de esta manera.

 

El día de la transferencia el endometrio de Rocío estaba incluso mejor que días anteriores y se hizo la transferencia de ambos embriones. Se nos ocurrió que para atraer buenas energías podíamos hacer algo. Como lo único que teníamos a mano era una vela de color verde, decidimos encenderla mientras se hacía la transferencia. Parecerá una tontería, pero a nosotros nos hacía sentir que estábamos ayudando para que todo saliese bien.

Por fin estábamos embarazados

De nuevo, a los 10 días tocaba analítica para conocer el positivo o negativo. Estábamos comiendo cuando recibimos la videollamada de Rocío. En cuanto vimos su cara y escuchamos su voz emocionada, supimos que el resultado había sido positivo. Aunque intentábamos contener la emoción por las malas experiencias pasadas, era imposible no estar contentos. El resultado de la beta había sido alto, pero debíamos esperar dos días más a una nueva analítica para ver si esos valores se duplicaban y, por tanto, se confirmaba el embarazo. Pasaron los dos días y los valores se duplicaron; todo iba sobre ruedas!!!. Hablamos con Rocío y nos preguntábamos: ¿Qué hacemos, lo contamos ya o esperamos? No pudimos esperar más y decidimos contárselo a nuestros familiares. Por todo lo que había pasado en las anteriores transferencias, la doctora decidió que Rocío se hiciera de nuevo otra analítica para reconfirmar los resultados. Y el embarazo se reconfirmó! ¿Habría influido en algo la vela que encendimos? Nosotros, como nos fue bien esta vez, decidimos que íbamos a encender una en cada momento importante del embarazo.

 

Después de esto, ahora surgía otra duda. Se habían implantado dos embriones y no sabíamos si había prendido uno o dos. La estadística dice que lo habitual es que quede un solo embrión, pero nunca se sabe. Rocío se encontraba con bastante malestar, sin ganas de comer y decidió ir al médico de guardia. Allí la hicieron varias pruebas y entre ellas la realizaron una ecografía para ver si todo estaba bien. En ese momento salimos de dudas; los síntomas eran los normales de un embarazo, Rocío se encontraba bien de salud y… en la ecografía se veían dos cositas. Síííí, estaba embarazada de mellizos.

 

Llegó el momento de la primera cita con la doctora y nosotros, por supuesto, encendimos otra vela verde para seguir atrayendo las buenas energías. En teoría esta iba a ser su primera ecografía. Decidimos no decir nada a la doctora de la ecografía anterior para ver su reacción al ver que habían prendido los dos embriones. Aún a día de hoy no podemos dejar de reirnos al ver la cara de la Dra. Florencia que con todo el cariño del mundo decía a Rocío: “Son dos, reina”. Los embriones se encontraban bien, pero uno de ellos parecía más desarrollado que el otro. Podía ser algo normal o también podría ocurrir que uno de ellos fuera absorbido de manera natural y que siguiera adelante uno solamente. Así que otra vez tocaba esperar a la siguiente eco en la que ya se deberían ver los latidos. Esa fue la última cita con ella. Tanto nosotros como Rocío le tenemos muchísimo cariño porque en todo este proceso hemos recibido un gran trato profesional pero un aún mejor trato personal. Siempre hemos sentido un gran apoyo moral por su parte.

 

Rocío estaba muy feliz y nosotros también. Todo apuntaba a que íbamos a cumplir nuestro sueño de tener dos niños y que crecieran juntos, pero nos frenábamos porque sabíamos que teníamos que esperar y ver si se desarrollaban bien. Mientras estábamos con nuestro amigo Fran pasando el día recibimos un vídeo de Rocío. Era una ecografía!!! En ese momento pudimos escuchar por primera vez los latidos de nuestros dos hijos. Dos latidos y dos embriones, confirmado.

 

Ese mismo día volvimos a hacer otra videollamada con Rocío que duró varias horas. Empezábamos a calcular las semanas de embarazo (y no nos poníamos de acuerdo jaja), el tamaño de los embriones (que eran como dos semillas de limón), la fecha del parto, los carritos, cunas y demás accesorios que íbamos a necesitar para cuidar de dos niños, y un montón de conversaciones más.

Viaje de Rocío a España

En una de las videollamadas Rocío nos dijo: “¡Chicos, tenemos que hacer la revelación de género!”. Nosotros nos miramos con cara de extrañados y pensando qué era eso. Nos explicó lo que era y no pudimos negarnos al ver la ilusión que la hacía. Después vino otra de sus locuras. Nos dijo que la apetecía viajar hasta España para conocer a nuestras familias y participar en la revelación de género, así que decidimos invitarla. Para que ni nosotros ni ninguno de nuestros familiares supieran el sexo de ambos embriones Rocío se las apañó para que el ecógrafo se lo comunicara únicamente a nuestro amigo Fran y éste ya se encargaría junto con nuestra amiga Carmen de organizar el evento. Concretamos las fechas y se vino para España.


Llegó el día de saber por fin el sexo. Elegimos hacerlo en un local grande con muchas actividades para que fuera un recuerdo divertido e inolvidable tanto para nosotros como para nuestra familia y amigos que decidieron acompañarnos. Pasamos dos horas saltando en camas elásticas y tirándonos por toboganes hasta que llegó la hora de la revelación. Fue muy emotivo por lo que estábamos celebrando y porque nuestros amigos lograron que así lo fuera. Llegó el momento de explotar los globos que desvelarían los sexos. Cada uno de nosotros pinchamos uno y Rocío estaba en medio nuestro. Los papelitos de los dos globos eran ¡rosas! Íbamos a ser padres de dos niñas.


Aprovechando que Rocío estaba en España buscamos una clínica donde poder hacer una ecografía en la que pudiéramos estar presentes. Finalmente pudimos hacerla y también pudieron asistir todos nuestros familiares. Pudimos ver en 5D sus caritas, sus manitas, sus piernas y todo su cuerpecito.


Una vez conocido el sexo nuestras familias nos insistían en que nos decidiéramos ya por los nombres. Nosotros que estábamos indecisos nos pusimos las pilas a pensar y finalmente, después de darle muchas vueltas, tomamos la decisión. Nuestras hijas se llamarían Nora y Vega.

Este viaje dio mucho de sí. Pudimos salir a conocer Toledo y sus calles tan estrechas con Rocío. Toda nuestra familia estaba encantada con ella y la convivencia con nosotros fue genial. Nos sentíamos como una familia.